Bosque...

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miércoles, 29 de junio de 2011

Cómo escribir una novela en un mes...

    Navegando por la red, me he encontrado con una página que da consejos a nuevos escritores de cómo conseguir escribir una novela en un mes. Los consejos básicos para llegar a tiempo son del tipo: coge un cuaderno, hazte un esquema, escribe un porrón de hojas cada día y el último día te vas de fiesta... ¡Brillante!
    No entiendo como hicieron Cervantes y Shakespeare para escribir sus obras maestras sin tener acceso a internet... claro que ellos no tenían como objetivo escribir en un mes ni tenían un programita que les contara las palabras que escribieran cada día. García Márquez probablemente sí lo tenga, pero aún así tampoco le veo siguiendo el método. En fin, no es que yo esté en contra de los talleres de escritura ni de los métodos enfocados a que alguien pueda conseguir uno de sus sueños escribiendo un libro en su mes de vacaciones, pero no es algo que vaya conmigo.
    Establecer objetivos es una buena manera de ser constante (es algo que hice yo para este blog, por ejemplo) pero por otra parte uno corre el riesgo de coartar la imaginación. En "El informe Kristeva" de Gloria Méndez (Ed. Seix Barral), libro sobre el que hablaré en otro momento, hay un párrafo muy significativo que resume lo que para mí es escribir:

"¿Qué hago aquí? Puede que te preguntes qué hago yo aquí. La respuesta es simple: escribir. Escribir como nunca lo había hecho. Yo, pintora, escribir. Escribir sobre lo que veo, sobre lo que me cuentan, sobre lo que imagino. Escribir, porque escribir me salva de todos mis abismos. Escribo y el mundo es otro, escribo y hago palabras mi vida. Letra a letra, frase a frase, escribo, terca y minuciosamente, sin más. Tal vez algún día aprendas a leerme."

   Así que sí, coge el cuaderno, el teclado o la servilleta y garabatea (si quieres) las ideas que te vayan surgiendo. En algún momento, descubrirás cómo las páginas se van llenando y van cobrando vida, cómo juegas con la historia y la historia juega contigo hasta que te lleva a un final, ya sea treinta días después, treinta minutos o treinta años (también se aceptan meses y otros números...). Éste es el consejo que le dí a Miguel hace algo más de cuatrocientos años (aunque omití lo del teclado por no causarle confusión) y no le fue mal...   ^_^'

   A todo esto, en breve empezaré con "Ciento Ochenta y Uno", primera historia larga - novela corta que esperó acabar antes de que se acabe el mundo, que creo que es en 2012...