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jueves, 21 de abril de 2011

Leyendas junto al fuego

Llegó ya la primavera y el sol brilla con más fuerza (aunque no hoy), las noches van siendo más cortas y antes de que nos demos cuenta llegará el solsticio de verano con sus hogueras... cuentan los vientos que al calor del fuego se han narrado siempre las mejores historias y puede que sea así, o quizá sea que el danzar de las llamas nos hipnotiza y nos hace disfrutar más del momento... en cualquier caso, creo que es un buen momento para desempolvar viejas historias improvisadas, narradas en aquellas grandes madrugadas que nos daba el bosque de Sherwood. Aquí os dejo esta "Leyenda junto al fuego" extraída de una noche de chat de la época y editada lo justo para hacerla legible... estoy nostálgico hoy, ¿eh? jaja...

Leyenda junto al fuego...
(por Kalen)
Era una noche tranquila, cuando Isil pronunció la frase mágica que dio rienda al breve relato que a continuación podéis leer. - ¿Vais a contar una historia junto al fuego? - dijo ella, y Yigdrasil comentó que sería hermoso contar una historia junto al fuego... el recuerdo fue inevitable, no podía ser de otra manera, y allí, en el reino de la magia, el reino del eterno verano, allí mismo, animado por el espíritu de mi añorado hogar... , comencé mi relato...
Recuerdo aquella noche de verano, junto a la hoguera. el bosque susurraba, y nosotros descansábamos nuestros ojos en un intenso azul oscuro que envolvía el estrellado cielo, en una noche de luna negra. La noche no presagiaba el final que sobrevendría. Recuerdo que éramos unos siete u ocho, la mayoría de nosotros se encontraban en un avanzado estado de embriaguez, pero la alegría que les inundaba no estaba causada por ese estado. Una paz singular acompañaba la noche en aquel silencioso bosque. ¿No habéis oído hablar del bosque de la esperanza? En aquel bosque, todos los corazones encontraban por momentos sus anhelos, y los fatigados viajeros encontraban su reposo.
- Yo desearía haber estado en ese bosque - dijo Yigdrasil
- Desearía no haber vivido aquello, Yigdrasil, creeme, fue terrible.
La hoguera era hermosa al principio de la velada, pero rápidamente se fue consumiendo, y decidimos adentrarnos en el bosque para encontrar algunas ramas caídas. Muchos se dispersaron por el bosque, en busca de leña... no, no tendría que haber pasado aquello...
- ¿Se perdieron en la oscuridad de la noche, Kalen? - preguntó Yigdrasil con franca curiosidad.
La curiosidad... no, Yigdrasil, fue mucho peor, en la oscuridad de la noche siempre tenemos a las estrellas...
- Estoy intrigada - dijo Isil
El bosque susurraba, como bien dije al principio, susurraba, advertía... pero nadie escuchaba, bueno, casi nadie. Ellos le traicionaron... En lo más profundo del bosque encontraron un árbol centenario, un árbol de ramas grandes y secas, sin hojas, y para ellos, muerto. Pensaron que sería la única manera, la más fácil, de solucionar el problema de la leña... y empezaron a talar el árbol. Entonces, el bosque comenzó a gemir y de las hojas de los árboles de su alrededor se desprendían hojas de rocío... el bosque se lleno de lamentos centenarios que hicieron temblar de terror a los imprudentes, que, inmóviles con la leña en las manos, se daban cuenta de su terrible error. Las raíces del árbol centenario emergieron y se tragaron a mis compañeros.
- Siempre todo error se paga de alguna forma, Kalen, el bosque se vengó de la imprudencia de vuestros compañeros - señaló Yigdrasil. - ¿No los volvisteis a encontrar?
Con el tiempo, en ese lugar, crecería otro árbol que también llegaría a ser centenario... porque la esperanza nunca se termina... pero eso es otra historia, para otro día, y mis ojos, cansados de llorar, os lo revelarán en otro momento. No volví a ver a mis compañeros, claro está, pero el bosque y ese árbol, legado de la imprudencia de mis compañeros, siguen allí.
- ¿Y cómo es que vos os salvasteis Kalen? - preguntó Isil sensatamente.
- Miré a las estrellas y ellas me hicieron comprender al bosque a tiempo. Escuché el silencio... y además, yo nunca necesité leña que avivara mi corazón...
Gracias por escucharme, es la primera vez que este recuerdo me asalta a la mente. Hace tanto tanto tiempo...

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