Tahona y vientre
Recuerdo con especial nitidez
aquel intenso olor de tahona
seduciéndome cual Hamelín
en las frías mañanas de invierno
Ese recuerdo de niñez
lo evoco en primera persona,
acunando en mis brazos a mi delfín,
aspirando su olor tan tierno.
En sendos hornos surgieron,
de leña y de piel sembrada.
Allá en el fogón del panadero,
allá entre las piernas de mi amada
Es el hogar el pan en esa hogaza,
es el hogar mi niño que me abraza.
Mismos recuerdos de bollito tierno,
¡ay! Si de hambre y amor vive mi cuerpo.
¡Que hermoso viaje en el tiempo habrá sido producir este texto! Busqué en todo momento encontrar recuerdos similares. ¡Tu estructura literaria funciona como máquina del tiempo!
ResponderEliminarMuchas gracias por esas palabras tan bonitas Radama22, me alegro de que te evocara buenos recuerdos y sensaciones :). La verdad es que me surgió muy rápido al pensar en lo que para mí era el hogar de pequeño...
EliminarBuenos días
ResponderEliminarTe ha salido un poema muy bonito y muy tierno. Es una idea fantástica lo de evocar recuerdos gracias a situaciones que vives en el presente. Y quizá se vivirán en el futuro, porque ese delfín atesorará recuerdos de su niñez que evocará de nuevo cuanto tenga a otro delfín en brazos.
Enhorabuena y un saludo.
Juan.
Muchas gracias Juan, la verdad es que los recuerdos (buenos y no tan buenos) son un baúl de emociones al que me gusta acudir de vez en cuando...
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