Aquí dejo mi último relato de madrugada... Si lo deseas, puedes pulsar sobre la BSO que hizo que todo fluyera mientras lo lees...
Calíope
Calíope danzaba entre los rayos de luz emitiendo destellos
cegadores con su cámara, captando cada instante mientras, a su alrededor, el
caos se tomaba un respiro. Era como si, por un momento, el tiempo se hubiese
detenido. En su cabeza no paraba de sonar aquella melodía, esas notas de piano
que le daban la paz absoluta para centrarse en plasmar la belleza oculta de
cada escenario, su secreto…
Dejó la cámara levitando y fue a fundirse en un abrazo con la
roca de su niñez, el lugar de tantos y tan buenos recuerdos pasados. Era el día
perfecto, a la hora perfecta, ese momento mágico en el que los dos soles del
planeta Alsuín entrelazaban sus rayos naranjas y púrpuras, mostrando un
amanecer intenso, perfecto, repleto de una energía desbordante, mientras pequeñas
nubes de algodón se deslizaban al son de la brisa matinal, dibujando extrañas
formas en el cielo…
Clic, clic, clic, Calíope activó mentalmente la cámara y en
unos segundos recogió tres instantáneas, no por su afán perfeccionista sino
para permitir que las juguetonas nubes hicieran su numerito. Una oveja, un
pastel de cumpleaños y un velero fueron en esta ocasión las poses elegidas.
Solo posaban para ella… era consciente de ello… una gran responsabilidad que
afrontaba como siempre con su mejor sonrisa.
Solo que esta vez sería la última… en mucho tiempo. Quizá no
volviera a ese hermoso lugar en su vida. Había sido designada entre honores
como corresponsal intergaláctica para conflictos bélicos, por su innegable
capacidad de captar el universo en un instante. Era lo que el lector demandaba,
le habían asegurado, no era tiempo de fantásticos lugares recónditos, sino de
inspirar al mundo desde el meollo de la acción… la acción… encarnizadas
batallas interplanetarias en pugna por absurdos intereses económicos…
Se había planteado por un momento rehusar, tomar su cámara y
marcharse en el primer aerotransportador a algún lugar tranquilo y remoto, como
el planeta Clío, pero también le corroía un ansia por mostrar sus capacidades
en otro ámbito y retratar la cruda realidad de la muerte y el odio, concienciar
a los habitantes de la Confederación planetaria de que aquellos sinsentidos
debían terminar para siempre…
Salió de su breve ensimismamiento cuando sintió el roce en
sus mejillas de la cámara, que había traído de vuelta a sus manos
inconscientemente. Revisó las imágenes captadas y se apercibió entonces de la
presencia de una pequeña sombra al otro lado de la roca. Curiosa, se acercó
para ubicar el objeto que proyectaba aquella sombra, para toparse con un
peculiar individuo de cabellos plateados que garabateaba sobre un cuaderno
mientras la miraba entre divertido y embobado.
-
Debes
de tener mucho cariño a esa roca, creo que nadie nunca me ha abrazado con tanta
intensidad.
-
¿Siempre
hablas como si estuvieras escribiendo una historia? Me has estropeado la foto,
¿sabes? – repuso Calíope, divertida.
-
No
quería romper la magia del momento, estabas tan ensimismada…
Calíope y Orión entablaron conversación y el ocaso llamó a la
puerta del amanecer, sin que ambos notaran la transición entre ellos… Ella le
mostró sus fotos más especiales, imágenes que hablaban por sí solas, que ni mil
palabras hubieran podido transcribir con justicia. Él, por su parte, le leyó
sus relatos y poemas y cuando no tuvo más los improvisó frente a ella, contándole
sobre los orígenes del viento, el porqué del otoño, la leyenda de los titanes
que pugnaban por la luna… inspirado por su presencia narró como nunca y tan a
fuego quedaron esos misterios en el corazón de Calíope, que fue capaz de
siluetear en las nubes la esencia de cada leyenda y captarla con su cámara.
La noche les sorprendió besándose con pasión al pie de la
ilustre roca… los cuerpos en ebullición, entrelazados en aquella noche única…
hasta que ella marchó, presta a cumplir con su nuevo destino.
Aquella no fue la única ni la última vez que se encontraron.
Durante los primeros meses, mantuvieron un contacto regular a través de
holocartas y visitas fugaces, pero la fama de Calíope fue in crescendo, sus
destinos cada vez más peligrosos e inaccesibles. Se extendieron rumores
legendarios. Se dice que evitó varias guerras gracias a sus imágenes críticas y
directas, poniendo en evidencia a los responsables del conflicto, lo que le
granjeó poderosos enemigos. Incluso se comenta que, en una ocasión, detuvo un
caza que iba a bombardear una población civil simplemente susurrando a las
nubes…
Calíope… emblema de la humanidad, salvadora de vidas,
susurradora de nubes, musa de mi corazón egoísta. De un día para otro, se
desvaneció. Algunos dicen que terminó hastiada de tanto odio y huyó a algún
planeta remoto, otros aseguran que fue interceptada por la milicia en un día
sin nubes… y que el cielo, aún sin ellas, no dejó de llorar...
Durante años no cejé en mi empeño de encontrarla, recorriendo
el confín del universo hasta llegar a nuestro lugar secreto, nuestro refugio
imaginario, donde las palabras se dibujarían en el aire y las imágenes se
plasmarían al papel en un íntimo jeroglífico… el planeta Clío… y ahora…
Ahora la arena se desliza entre mis dedos mientras contemplo
el mar y la recuerdo… la percibo en su color esmeralda, como sus ojos, en su
frescura y sus olas nerviosas… la veo en el horizonte, en cada nube que dibuja mi memoria, silueteándola… la
añoro en mis lágrimas, saladas como el intenso océano que acaricia mis
pies…
Juego a pensar que cuando caiga el último grano la habré
perdido para siempre… y me arrepiento de no haber tomado un puñado más grande,
aunque cuanto más la aprieto entre mis manos, más se escapa entre los dedos… He
recorrido galaxias para llegar hasta aquí y ya solo me quedan las palabras… Antes de que
mi puñado se deshaga, decido regalárselo al viento, lanzarlo por los aires,
pero noto un ligero cosquilleo en las manos que me llama la atención. Despierto
de mi ensoñación y descubro que tengo una cámara en las manos, dentro de la
cual se escucha un eco profundo, que repite una y otra vez…
¡Escríbeme! ¡Dame vida!
Soy la razón de la historia.
Soy el origen de tu placer.
Clic…
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