Aquí os dejo mi esperado relato de septiembre para el #OrigiReto2019, el fantástico reto de escritura de @musajue y @stiby2. Es un relato que incluye una fábula un tanto especial, por su curiosa moraleja y por estar en verso e incrustada en un relato. Espero que se permita la licencia, la fábula en sí está.
El dragón dormido
—¡Papá, papá! ¿Me cuentas otra vez el cuento
de los tres pelos del diablo?
—No cariño, ese ya te lo sabes de memoria. Hoy
te voy a contar la fábula del bosque y el dragón.
—¿Una fabla? ¿Eso qué es? ¿Hay príncipes y
monstros?
—Una fábula es una historia corta que tiene
una moraleja al final.
—¿Una mora vieja? ¡Chuches! ¡Biennnnn!
—No, Sophi, una moraleja es una lección que
aprendemos gracias al significado del cuento.
—¡Ohhh, pues vaya rollo!
—Ya verás como cuando la termine la preferirás
a la de los tres pelos del diablo.
—¿Sí? Mmmm, no creo. Buenoo, dale papi.
—Empieza así…
“En la linde de Tratoria
hay un bosque misterioso,
lleno de luz y de magia
y seres muy muy curiosos.
Trasgos,
lobos y mofetas,
hadas y
trolls apestosos,
tigres,
leones y cebras,
vacas, sapos y hasta osos
Todos conviven aquí
En este entorno curioso
Y al llegar sexta calenda
Preparan un buen jolgorio…”
—¡Papá, papá! ¡Eso es un rap! El hermano mayor
de Sarita canta algo así con sus amigos en el patio, aunque dice muchas
palabras feas.
—No es un rap, cielo, es un relato en verso.
—Ahhhhh, me gusta el rap, papá, gracias. Pero
no digas tacos, por favor, que luego abu se entera y nos lava la boca con
jabón.
—Lo tendré en cuenta, tesoro.
“El bosque luce brillante,
hermoso y engalanado,
mas los más sabios ancianos
no se olvidan del pasado.
Antes de oír el discurso
por el lord dragón narrado,
al árbol todos se acercan,
curiosos y despistados,
pues por todos es sabido
que la parca está acechando
si el incauto error repite
por no estar bien informado.
Alrededor del gran roble
todos escuchan sentados
las palabras que Tortuga
pronuncia sin entusiasmo.
La criatura toma aire,
mide sus palabras tanto
que los jóvenes inquietos
se quejan de lo pausado,
quieren irse ya a jugar
por el resto del feriado.
Allá va la tortuguita
Desde el gran tocón del árbol
Rescatando muy solemne
sus recuerdos del pasado.
—¡Papá, papá, ya sé cuál es la mora vieja! ¡El paso del tiempo! Esa tortuga
es la misma, ¿no? ¿Cómo era la feria? ¿Había concursos de sacos? ¿Carreras?
¿Norias, muñecas y pelotas? Y, y, y… ¿habrá fuegos artificiales? Me encantan
los fuegos, papá, sobre todo los que hace el tío Mith cuando viene a visitarnos,
son super bonitos y graciosos, sobre todos los que le salen de debajo de la
barba, jiji.
—No seas impaciente Sophia, todavía queda mucho por contar. Escucha…
“Celebrose allí en el bosque
Un concurso de relatos
Y una gran fauna diversa
Lo apreció de buen agrado.
Todos fueron a escuchar
junto al gran árbol sagrado,
curiosos por conocer
el fallo del gran jurado.
Búho, Águila y el lobo
Emitieron ya su fallo,
Y a la hermosa panterita
De laurel la coronaron.
Frustrado el fiero dragón
Por el veredicto dado,
Preguntole a la pantera
Cómo lo había logrado.
—¡No he de saberlo yo!
—díjole, saltando a un lado.
Precavida, replicó
—Inquiere al que ha valorado,
sabio consejo ha de dar
el que vive de juzgarlos.
Acudió el dragón al Búho
y le preguntó alterado
si algún relato existía
más brillante que el plasmado
por sus garras de diamante
en aquel pliego dorado.
—Cierto es que no lo hay
tan sutil ni tan versado,
mas le falta corazón
para ser el laureado.
Agradeciole el dragón
y mostrose avergonzado.
En la noche se adentró
con el corazón sangrando…
no el suyo por su pesar
sí el del Búho destrozado.
Al lobo se encontró al alba
junto al arroyo, acechando
a dos tiernos corderillos
que bebían sin cuidado.
—Disculpe, señor feroz
—interpeló, susurrando.
—Cuénteme que me faltó
para ser galardonado.
—Cierto es que deslumbró
su verbo tan bien hilado
mas el vulgo quiere piel
y de eso andaba escaso.
Unas gotas de lascivia
en pasaje bien trenzado
y el lector le será fiel
pues su piel se habrá ganado.
Ahora partid, buen dragón,
Que mi almuerzo está esperando.
Volando marchó de allí
Nuestro buen e insigne alado,
No sin antes actuar
sobre el consejo otorgado,
pensando si aquella piel,
tesoro de aquel huargo
que su gran garra rasgara,
bastaría para alzarlo
a la victoria por fin,
una vez perfeccionado.
De camino a la guarida
topose al tercer jurado,
la gran águila imperial
que cazaba en el collado.
—Disculpe mi noble águila
que interrumpa su trabajo
mas me atormenta saber
qué hizo, que mi legajo
de oro y gemas brillantes,
de rubíes y topacios,
no se llevará ese premio,
si su texto era elevado.
—Valoramos la humildad
de quien muestra verso errado,
demasiada perfección,
esos versos tan hilados,
muestran grandeza de bien,
mas no de haberlo sudado.
Mi buen ojo me lo dijo,
y es sabio por bien usado,
en mérito no ganó usted,
Panterita lo ha clavado.
Ya se fue de recogida
el dragón muy enfadado,
portando entre sus dos garras
un corazón desgarrado,
una piel de huargo gris
y un ojo muy bien clavado.
Llegó al árbol y ya allí
todos fueron reclamados.
Escucharon su alegato
y se cambió el resultado,
haciendo por fin justicia
a ese gran literato,
que en los años subsiguientes
jamás sería derrotado.
—¡Guau! ¿Cómo nosotros, papá? ¿Somos los dragones dormidos, verdad?
—Sí, cielo, como nosotros. La moraleja de la historia es que a veces
hay que hacer frente a las injusticias y nunca, nunca, se debe infravalorar a
un dragón.
—¿Hacemos lo de las chuches ahora, papi? Hoy quiero tres grandes, como
las del dragón.
—De acuerdo, cariño.
Papá y Sophia levantaron el gran cofre de los tesoros y sacaron dos
pequeñas cajas que tenían un dragón dormido grabado en la cubierta. Abrieron el
panel y apareció un mapamundi junto a una bolsa de chuches. Sophia las abrió
con ansia y empezó a devorarlas mientras papá la miraba con ternura.
—¿Ruleta o elección?
—¡Mofcú! ¡Pezkín! ¡Lof Ángeles!
—Sabía que te gustaría la historia, cielo. A ver si te vas a atragantar
con las moras…
Padre e hija introdujeron las llaves y las giraron al unísono. No se
oyó nada, estaban muy lejos de todo, a miles de kilómetros de la tierra. Desde
la nave, en el espacio exterior, sí que vieron los colores y explosiones nucleares masivas
en aquellos puntos del planeta tan distantes. Sophia sonrió. Le gustaban mucho
las chuches y aquellos fuegos artificiales. Papá también estaba radiante. Los
dragones dormidos recuperarían lo que les correspondía. Costase lo que costase.
Este relato está enmarcado en el Reto de escritura de #OrigiReto2019.
Objetivo: 10 - Crea una fábula (cuento con moraleja en el que los personajes deben ser animales).
Objetos ocultos: Nº25 una explosión nuclear y Nº32 un árbol sagrado
Milpalabrista: 1075 palabras
Las normas de este reto se pueden consultar en las bitácoras de las organizadoras, @stiby2 y @musajue:
http://plumakatty.blogspot.com/2018/12/origireto-creativo-edicion-2019.html
o en
http://nosoyadictaaloslibros.blogspot.com/2018/12/reto-de-escritura-2019-origireto.html