Bosque...

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viernes, 1 de abril de 2016

De versos y concursos (Mi último aliento)

No soy yo mucho de participar en concursos literarios ni suelo prodigarme a escribir poemas, al menos en este siglo, pero a raíz de una sugerencia de una gran amiga y a una frase inspiradora, me decidí a participar en el premio internacional de poesía Jaime Gil de Biedma, en Nava de la Asunción. Obviamente no gané, pero aquí os dejo el poema que llevé, inspirado en la vida y en historias y personajes que tengo en la mente, pendientes de ser escritos cuando el tiempo y la inspiración lo permitan.


Mi último aliento
Ya no cuento con vivir,
he perdido la batalla.
Mi tiempo llega a su fin.
De mí, ya no queda nada.
Luna soy de lo que fui,
piel y huesos, la tez blanca.
Aquella sombra de allí
es la parca que me aguarda.
Ya no cuento con sentir
esos besos que anunciabas
cuando me acercaba a ti
a través de la pantalla.
¡Vida! ¡déjame morir!
A través de estas palabras
que tu mente hace fluir
como mías, disfrazadas...
Lamento dejarte así,
en silencio, tan callada,
pues la quimio que sufrí
me dejó sin luz al alba.
Poco más puede decir
esta chica enamorada,
gracias por estar aquí,
por tus sonrisas robadas.
Si tu piel yo merecí,
haya un dios que a mí te traiga,
cuando debas de partir,
inerte de cuerpo, el alma.
Sin rima exhalo por fin
mi último aliento.


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La sorprendente ganadora del certamen fue una chica de quince años, Amanda San Román Sastre, que encandiló al jurado con su "Elegía a Germán, el Tiñoso". Aquí os la muestro a continuación, sacada del PDF publicado en la web del ayuntamiento de Nava de la asunción.

Elegía a Germán, el Tiñoso

El Tiñoso ha muerto.
El Tiñoso ha muerto, padre...
No llores por él, Mochuelín,
que cedió Germán su cabecita
de hueso calvo a la baba
del caracol, al tordo, a la perdiz,
al sabor de una cicatriz,
a la poza cantora,
a la vía del ferrocarril...


Murió el Tiñoso en edad
de morir con años perrunos,
murió el Tiñoso en ríspida
valentía tras el tonto de agua infeliz.
¿Por qué, culebrilla,
no sucumbiste tú a la tierra
desgranada, gusarapo, muerte,
en vez de dejar que sea Germán
quien torne polvo y caliza
y huela madera y húmedo,
y cerrada oscuridad?
Ay, mal bicho, pero ¿qué hiciste
con las manitas pálidas,
nariz macilenta,
con el jilguero, con el destierro
del mundo, con el lamento,
con los borbotones del tañido
seco, desgraciado y regular..?
Tú dejaste que él pisara fría eternidad
en forma de nada.

El Tiñoso ha muerto...
Llora la Guindilla, llora Quino, llora Daniel.
Llora Rita, llora Andrés, llora Don José.
Llora Roque, llora Uca-uca,
lloro yo, llora todo ser.

Si el valle te dio dulce
ambrosía en tus largos días,
te quiso dar también traición,
alevoso pie, sobre los pérfidos líquenes
de ultramar. De pecho en pecho,
no hay muralla, no hay seguro,
no hay soga diurna allegada
a tu cintura. Tampoco había yerro.

Ahora dormirás la noche más larga
en tu vieja cabaña
sede del hueso oscuro y
el olvido polvoriento
y tibio, solo Germán...
 




2 comentarios:

  1. Bueno, eso de que no ganaste lo dices tú. Te esforzaste en crear un poema inédito y lo enviaste dentro del plazo, cosa que no es tan fácil como pudiera parecer a neófitos, así que mi aplauso para ti!!!!

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  2. Bueno, eso de que no ganaste lo dices tú. Te esforzaste en crear un poema inédito y lo enviaste dentro del plazo, cosa que no es tan fácil como pudiera parecer a neófitos, así que mi aplauso para ti!!!!

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