Noche de fuego
Aquella noche tenía ganas de batalla. Habían pasado ya seis meses desde la inesperada ruptura y la consiguiente salida de mi vida de Álex, al que había llegado a considerar el amor de mi vida, y estaba decidida a brindarme un buen homenaje de despedida y cierre al absurdo luto que había estado guardando. Buscaba algo exclusivamente para una noche, pero quería sentirme especial, hallar a un hombre romántico y sensible que me empotrara hasta atravesarme mientras me comía la oreja susurrándome poemas de cosecha propia. Y es que no buscaba ningún príncipe azul que acudiera en mi rescate, estaba muy a gusto conmigo misma y mis juguetitos. Sin embargo, aquella noche me apetecía convertirme en Savage Silvia. Anónima. Desatada. Un torbellino de fuego y deseo.
Pero la verdad es que no tenía mucha idea de cómo empezar ni nadie a quien mereciera la pena llamar. Siempre había sido una mujer muy introvertida y en mi agenda de ligues no había nada destacable. Alex ya no estaba en concurso, mierda. Así que opté por lo más fácil, el famoso Tinder, con más ganas que esperanzas, a decir verdad. Rellené el perfil en unos minutos sin prestarle demasiada atención, ya que tenía la seguridad de que una foto bien tomada haría mucho más efecto y me puse mi top más sugerente y unos leggins para resaltar mi figura. Lo cierto es que con aquellos trapos estaba que rompía de buena. No me cabía la menor duda de que en pocos minutos mi móvil se saturaría con las notificaciones de los superlikes. Vale, vale, que no tengo abuela, pero es que no habéis visto esa foto. Yo me daba.
Me dediqué un buen rato a observar lo que había por ahí y la verdad es que me descorazoné un poco. Mucho vende-motos, mucho viceverso y mucho sinvergüenza que olía a casado o emparejado de aquí a Lima. Le di like a unos cuantos que me parecieron monos o con potencial suficiente de empotramiento para hacer que mereciera la pena, pero tras unas cuantas líneas de conversación mi interés se fue diluyendo. No soporto a las personas que cometen faltas de ortografía de manera constante. Activan mi vena asesina y eso os aseguro que no es muy recomendable. Así que, cuando me encuentro un “haber si nos vemos” o un “foyamos en tu casa o en la mía”, olvido el trasfondo romántico que se halla detrás de sus proposiciones y los mando al carajo. Eso explica el por qué estoy tan sola habitualmente, supongo…
Y de repente apareció Alfredo85. Un tío aparentemente cañón por el volumen de sus brazos, embutido en un disfraz de jirafa junto a una especie de nave espacial que parecía construida con papel de aluminio. Qué crack. Buenorro y con tanto sentido del humor como poco del ridículo. Al contrario que el resto de los que había ido tanteando, su perfil mostraba detalles acerca de sus gustos y costumbres en la vida, interés por los viajes y la cultura, preferencias literarias y divagaciones sobre la vida que le envolvían en un sutil halo de misterio. A ver, que estaba para comérselo igualmente y no pensaba casarme con él, pero un revolcón con clase se disfruta mucho más.
A los cinco minutos de darle mi like tenía el suyo. No sé si sería el destino o que andaba de caza como yo, pero el caso es que no me lo pensé dos veces e inicié una conversación con él. Cada frase que iniciaba yo él tenía el don de completarla con éxito, parecía que me estuviera leyendo la mente. Eso solo resultó en volverme más precavida, ya que en el pasado me había encontrado con muchos tíos que te regalaban el oído y se jactaban de adivinar tus gustos para luego convertirse en repugnantes príncipes (yo soy más de sapos) que solo pensaban en ellos, luego en ellos y por último en ellos y sus colegas. No obstante, por mucho que alcé mis barreras, no tardó en derribarlas una por una.
En un momento, estaba pegada a la pantalla con el cuerpo encendido y vibrante, ansiosa por aquellas palabras que desnudaban mi alma y mi piel. Lo narraba de una forma tan relajada y tan natural que era imposible no dejarse llevar. Por un momento, hasta parecía que mi mano se guiara por control remoto, acariciando mis zonas erógenas de una manera que nunca había imaginado. Ardía empapada en sudor y otros efluvios, deseando atravesar esa pantalla para conocer a aquel glorioso hombre. He de decir que aquello no fue solo unidireccional. Yo también lo di todo e imaginé situaciones que, aunque las hacía habitualmente cuando mantenía relaciones íntimas, jamás pensé que escribiría a un desconocido sintiendo un deseo tan real.
Entonces me sorprendió proponiéndome una cita real, para aquella misma noche. Menuda locura. Había transcurrido menos de una hora desde el inicio de mi aventura en el Tinder y ya estaba corriendo a la ducha para arreglarme y conocer a aquel tipo.
Una vez di el visto bueno a mi aspecto, llamé a mi mejor amiga, Sonia, y le expuse la situación. Me animó a que disfrutara de la noche y tomó nota del hotel y la habitación que me había dado Alfredo para nuestro encuentro. No hay precaución pequeña según está la cosa hoy en día. Preparé mi jeringuilla con el tranquilizante y la escondí en el bolsillo oculto de mi vestido, por si el asunto se ponía realmente feo, aunque intuía que no sería así.
Llegué al hall del hotel diez minutos antes de la cita, con mi vestido rojo diablo y las pinturas de batalla en mi rostro. Me acerqué a la barra del hotel para hacer tiempo, pero antes de poder pedir nada sentí una presencia detrás de mí que me llamó por mi nombre.
—Estás increíble, Silvia. Soy Alfredo85, pero puedes llamarme Al si quieres.
Era imposible. Su voz también resultaba terriblemente sexy. Mira que yo no me dejo impresionar fácilmente, pero aquel tipo no parecía humano. Si en la cama se mostraba a la misma altura aquella noche prometía ser memorable.
Me recoloqué disimuladamente el escote para lucir más mis encantos y le cogí de la mano directamente para dirigirnos al ascensor. Capté una imagen mental en la que Al lo bloqueaba, me cogía entre sus fuertes brazos allí mismo y me empotraba salvajemente mientras mis dientes mordían su mano con cada acometida… pero nada de eso ocurrió. Sí que se me acercó para susurrarme algo al oído, pero no era lo que esperaba escuchar.
—Quiero que esto sea algo especial… es mi primera vez…
Le miré de arriba a abajo y asentí mientras carcajeaba. Definitivamente Al tenía un sentido del humor muy especial. Me siguió las risas y en cuanto llegamos al piso octavo, nuestra planta, se acercó despacio y me besó de tal manera que me puso el vello y otras cosas de punta…
Iba a ser una noche de puro fuego.
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Hasta el momento parecía ir todo bien. Había dedicado mucho tiempo y trabajo a preparar aquella cita y de lo que no me cabía duda era de que mi elección había sido perfecta. Silvia era una mujer divertida y sexy, atrevida pero precavida y muy, muy hermosa a mi parecer. Esperaba impresionarla con lo que vendría a continuación, llegaba la hora de la verdad. Abrí la puerta con la tarjeta de la habitación e invité a Silvia a pasar. Sin darme la espalda, aceptó la invitación gustosa, lanzándome una mirada que prometía emociones fuertes. Cuando entró al salón de la suite, comenzó a sonar su canción favorita, Lady in Red y por unos instantes se quedó helada. Para quitarle el frío, la tomé entre mis brazos y bailé un poco con ella, tal cual me habían enseñado, meciéndonos en un movimiento acompasado al son de la letra que impulsaba a sus labios hacia los míos. La llevé danzando hacia la cama mientras iba bajando ligeramente la cremallera de su vestido. La cosa debía ir bien porque no puso ningún reparo. Debajo del vestido tenía algo con lo que no había contado, un sujetador con corchetes. Analicé rápidamente la técnica para abrirlo pero temía resultar demasiado torpe y romper la magia. Aquello no podía suceder, así que mientras mis labios recorrían sus hombros y dibujaba su espalda con la yema de mis dedos, opté por la vía salvaje y desgarré con mis dientes la tira del sujetador. Noté como se estremecía ante mi salvaje gesto… parecía que había salvado aquello. Ella no se quedó quieta y recorrió mi envoltura con una mezcla de dulzura y frenesí que resultaba muy placentera. Mi instrumento comenzó a crecer hasta tener el tamaño esperado y la mirada ojiplática de Silvia parecía indicar que aquello cubría sin duda sus mejores expectativas. Estaba próxima nuestra fusión, su sexo húmedo e hinchado así parecía indicarlo, pero cuando me disponía a devorarlo tal y como correspondía, me detuvo…
—Espera, espera, llevas protección, ¿no?
Protección. Qué narices era protección. Por supuesto le dije que sí y le pedí que me esperara mientras me iba corriendo al baño. Ahí busqué en google sexo y protección. Tras revisar los resultados, me hice a la idea que lo de la protección se refería a un objeto llamado condón, una especie de globito feo que se ponía de alguna manera en el pene con el fin de tener sexo seguro. Mierda, no llevaba ningún globito de esos. Busqué en el neceser que incluía el hotel pero nada. Los hoteles no querían clientes seguros. Así que volví a la cama y le pregunté a Silvia si ella tenía, ya que, mentí, me había dejado los míos en el coche. Rebuscó en su bolso y me entregó una caja. Volví al baño y cogí uno. Parecía que con eso sería suficiente. Lo abrí pero no encontré instrucciones de hacia qué lado ponerse. Me lo llevé a la boca y lo inflé, como había visto hacer al señor de los globos en el Retiro, pero con aire aquello era imposible de colocar. Aproveché el desperdicio para hacer un perrito con el globo creado, ya que era muy manitas, y saqué otro para intentar tener más suerte. Oí a Silvia llamarme, impaciente. Lo que menos deseaba era hacerla esperar. Miré un par de vídeos en youtube y por fin conseguí introducir mi miembro dentro de aquella cosa.
Volví al dormitorio, donde Silvia me lanzó una mirada de desaprobación.
—¿No se dejaba poner?
—Ya te dije que soy virgen, es mi primera vez.
—Claro, claro. Anda, ven aquí.
Los vídeos que había visto me ayudaron bastante a la hora de practicar el acto. Silvia no paraba de gemir y gritar mientras le susurraba poemas a la par que hacía la cama rebotar contra la pared. Sentía un ligero cosquilleo ahí abajo, que supuse que era lo que tenía tanta fama. Miré hacia el nexo de unión de nuestros cuerpos y acerté a ver cómo el condón estaba empapado totalmente por fuera. Yo seguía con mi ritmo, sin tener muy claro cuándo debía parar. Había películas de hora y media y otras más cortas, pero no tenía la certeza del momento adecuado de finalización de la unión. Habían transcurrido un par de horas y Silvia me miraba ya implorándome piedad. Sin embargo, lo que sus ojos me imploraban su cuerpo lo rechazaba y me asía aún más fuerte con las rodillas, como si fuera una pinza.
—Dámelo todo, me dijo. Quiere verte tal cual eres.
Tras aquella noche triunfal, no podía sino complacerla. Abrí la cara y el pecho de mi cubierta y salí de aquel cuerpo prestado con mis doce brazos. Su primera impresión fue mirarme con horror, así que intenté que me comprendiera.
—Silvia, creo que te quiero.
—Haz el favor de volver ahí dentro, Al, yo no he visto nada…
El amanecer nos encontró entrelazados, ella con una sonrisa en el rostro que no se pudo quitar jamás. Descubrí que lo llamaban rigor mortis o algo así…
Abrí el armario, me puse mi disfraz de jirafa y esperé pacientemente al tercer destello para desmaterializarme.
http://plumakatty.blogspot.com/2018/12/origireto-creativo-edicion-2019.html
o en
http://nosoyadictaaloslibros.blogspot.com/2018/12/reto-de-escritura-2019-origireto.html
Joe, vaya giro. La parte erótica ha perdido fuelle, pero la surrealista/cthuluista... ¡Tela!
ResponderEliminarMe ha divertido la segunda parte. La primera no me ha llegado a "emosionar" pero se dejaba leer.
Una cosa. En esta frase: "Pero la verdad es que no tenía muchas ideas de como empezar ni nadie a quien mereciera la pena llamar", me chirria bastante el plural de «muchas ideas». Creo que se emplea "tener idea", en singular. O sea, "...la verdad es que no tenia tenia mucha idea de como como empezar...".
Gracias por tu comentario. SOy más surrealista que erótico, eso lo tengo claro, jaja. Sobre la frase que dices, se trata de una errata. Lo he escrito deprisa y corriendo y seguro que tengo muchas más. La corrijo ahora mismo, mil gracias.
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarJajajaja, que bueno el giro que le has dado, no me lo esperaba para nada, lo único que sí hubiera querido, es que se quedaran juntos, yo soy clásica (vivieron felices y comieron perdices),pero ha estado genial. Me reí mucho, con su falta de experiencia para los preservativos y hacer una figura con ellos, jajajaja.
Eres un crack
Muchas gracias por el comentario, me alegra un montón que te haya sacado alguna sonrisa. Lo cierto es que el recurso del absurdo era de lo poco que podía cubrir mis carencias eróticoliterarias y el giro de personajes era fundamental para que aquello no pareciera una versión pobre de 50 sombras de Grey (que ya es decir). Y En cuanto al final, yo diría que sí es final feliz, que no resistióel meneo la pobre pero murió más a gusto que un arbusto XD
Eliminar¡¡Que bueno Kalen!! tu prosa no defrauda nunca. Estaba leyendo y según avanzaba esperaba el giro definitivo que pusiera tu sello en el relato aunque no me esperaba un personaje a lo Lovecraft , ha sido una grata sorpresa.
ResponderEliminarMuy tuyo, me ha encantado!!!
¡Muchas gracias! ¡Al final con tantas cosas bonitas que estoy leyendo le estoy cogiendo cariño a la historia. De lo que más contento estoy es de haber convertido el problema que supone tratar un tipo de relato que no domino (el relato erótico) gracias a los recursos del absurdo que siempre están ahí para echarme una mano. :-)
ResponderEliminarJajaja maldita sea, me encanta xD Deberías llevarte dos gambas este mes. es el relato erótico más divertido Random y paranoico que he leído desde... nunca xD Me ha parecido súper original y la verdad, por un momento estuve convencida de que iba a ser el objetivo de las dos versiones. Estupendo sobretodo la parte de que ella no crea que es virgen, es gracioso que luego se sepa el motivo de esa virginidad xD pero realmente me ha parecido un buen punto la incredulidad de la chica, no porque sea correcto, al contrario, me asquea mucho la actitud de dar según que por hecho y esta es una de esas cosas.
ResponderEliminarMe encanta el traje de jirafa xDDD que ya sé que lo puse yo en la lista jajajaj ay pero es que lo has puesto muy gracioso marchándose con su traje y su nave de papel de aluminio xDDDDDD lo vivo total, soy fan. me alegro de que no te llevaras cangrejo xD mereces mucho gamba este mes.
.KATTY.
Estoy muy emocionado con tantas buenas opiniones, para mí era uno de los objetivos más complicados y por eso quise hacerlo en forma de relato, no me gusta huir de lo difícil en la escritura, sino encontrar la manera de hacerlo mío... A mí también me da rabia que la gente de todo por hecho, esa es una de las razones por las que me gusta sorprender y los giros inesperados, aunque reduzca sensiblemente la esperanza de vida de mis personajes XD
EliminarMuy buenas,
ResponderEliminarWow! Vaya ritmo lleva este relato. El POV de la chica me ha parecido simplemente fantástico y cuando cambia no se queda corto, vaya plot-twist!! estás todo el rato pensando qué será el tipo raro.
Me he partido de risa con esta frase, "Los hoteles no querían clientes seguros." y también con esta "Sentía un ligero cosquilleo ahí abajo, que supuse que era lo que tenía tanta fama.", la verdad que te ha quedado genial el tono caliente/humorista con el que juegas.
El final es simplemente maravilloso. Entra a rivalizar muy fuerte por mi puesto de favorito del mes. ¡Enhorabuena!
La jeringuilla me ha sorprendido, y mira que es un objeto, ya que habría pensado más en un spray de pimienta o algo así homologado. Aunque no estoy puesta del todo en armas de este tipo.
Un detalle, en esta frase creo que querías decir "barreras" en lugar de "alarmas": "por mucho que alcé mis alarmas, no tardó en derribarlas una por una".
Es todo. Un abrazo!
Ah, otro detalle que he olvidado: los guiones de diálogo: No se pone espacio entre el guión y la intervención :
Eliminar—(aqui no hay espacio)Haz el favor de volver ahí dentro, Al, yo no he visto nada…
Lo primero de todo disculpa la tardanza en contestarte, para mí es como tener una aguja en el zapato el tener algo pendiente de respuesta pero me ha resultado imposible hacerlo antes... Me encanta que hayas conectado con mi tono, era la única forma que veía para hacer funcionar un relato erótico, es algo que no estoy acostumbrado a escribir y desde el punto de vista del absurdo me sentía mucho más cómodo. Elegí los dos objetos ex profeso aunque con intenciones distintas. El disfraz de jirafa dotaba de surrealismo la historia y me permitía eso que me gusta tanto de cerrar el círculo con elementos que se mencionan al principio y al final. Por otro lado, la jeringuilla es un autoguiño a otra historia mía que también habla de una cita peculiar, Bonito día para cenar. Está en algún lugar del blog colgada por si tienes curiosidad. En cuanto a la frase que dices, toda la razón, en cuanto pueda la edito y de paso cuido los guiones, que con tanta prisa no me da tiempo a revisar esas cosas...
EliminarRespondo de nuevo para calmar mi TOC de comentarios pares para decirte que ya he cambiado alarmas por barreras y, ejemejem, yo no veo nada raro en los guiones (Kalen silba). Graciaassss XD ^_^’ (¡viva la edición!).
EliminarMuy fan del giro de acontecimientos, me ha encantado el detalle de hacer un animalito con el condón xD
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar, lo de los giros es un poco sello personal, como el limón o las especias que se echan a la comida para enmascarar que están algo pasadas XD
Eliminar¡Holi!
ResponderEliminarLlego varios meses tarde porque suelo esquivar las historias eróticas con mucha maña, pero Stiby me lo recomendó cuando estaba preparando su micro enlazado así que ahora que tengo un momentito he decidido leerte y... Stiby tiene razón, será el objetivo del relato erótico pero lo que es es una maravilla.
He entrado algo escéptica, pero en cuanto he llegado a "Vale, vale, que no tengo abuela, pero es que no habéis visto esa foto. Yo me daba." he decidido que esto valdría la pena. La verdad es que el toque humorístico, que has mantenido hasta el final, inclso después de abandonar el eroticismo y pasar al surrealismo, ha sido top. Me ha gustado muchísimo, la verdad, y creo que es una forma magnífica de solventar este objetivo.
¡Enhorabuena!
Mil gracias Kam, la verdad es que la literatura erótica no es lo mío así que tenía que llevármelo al humor y al surrealismo.Me alegra que hayas pasado un buen rato con el texto :)
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